domingo, 13 de enero de 2019

Alimento, Tierra y Comunidad Saludables



ALIMENTOS SAGRADOS QUE SANAN

Investigación y fotografías: Patricio Matute-García
Lcdo. Gestión para el Desarrollo socio-culturalReAct Latinoamérica

Maíz en tiesto de barro, complejo arqueológico de Cojitambo, Cañar



      Alimentos Sagrados Que Sanan es un proyecto realizado durante el año 2017, bajo el aval académico de ReAct Latinoamérica (Acción Frente a la Resistencia Bacteriana), y el Instituto de Salud Socio-Ambiental de la Universidad de Rosario-Argentina. La investigación de carácter cualitativo, utilizó las técnicas de grupos focales, e investigación de campo a través de fotografía, video y audio con los agricultores y Mamas de las comunidades de Quilloac y Suscal-Cañar, Wawa Tarqui-Azuay, y Langa-Saraguro. Los ejes de este trabajo giraron en torno a antropología, seguridad y soberanía alimentarias. El objetivo de la exploración fue demostrar que una alimentación sana, nutritiva, equilibrada, constituye una forma revolucionaria desde las epistemologías del sur para reafirmar una economía de subsistencia frente a una economía mercantilista.

     Quisiéremos compartir con ustedes esta transdisciplinariedad desde la enseñanza-aprendizaje, desde la investigación-acción, desde la suma de saberes hasta la participación de la academia junto a la comunidad, lo haremos en varias entregas a través de este proyecto.

Alimentos de la resistencia transdisciplinaria

      Volver a los orígenes es lo más revolucionario en el siglo del consumismo exacerbado. Cuando sembramos nuestros alimentos, estamos generando acciones de resistencia a la agroindustria, monopolio de semillas transgénicas y agrotóxicos, industria de los antibióticos y hormonas para criar animales, industria de la comida chatarra, y la publicidad alienante. Y cuando estas acciones atañen a todos los que originamos y comemos alimentos sanos, entonces se convierten en gestiones de resistencia transdisciplinaria.

Una alternativa, la alimentación de los pueblos originarios y sus implicaciones

     Ante los cambios en la alimentación de la modernidad y la posmodernidad, los pueblos originarios ponen su cuota de sabiduría con sus formas de vida integrales, por el respeto a la tierra que brinda sus frutos, por sus tecnologías ancestrales agrícolas, por sus formas de medir los tiempos de siembra, aporque, cosecha, por las formas de intercambio y trueque que ponen énfasis en la alimentación sana y saludable, y por sus sabidurías originarias como el Sumak Allin Kawsay , de los quichuas y quechuas, el Plan de Vida de los mayas , o el Suma Qamaña  de los aimaras, para citar algunos ejemplos.

Mama mayor sembrando maíz con una tola en Langa, Saraguro


     Los pueblos originarios reunidos en la Conferencia Mundial de los Pueblos Sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida en Cochabamaba-Bolivia en el año 2015, han consensuado algunos puntos concernientes a la alimentación sana y saludable, que pueden ser una alternativa a la forma de vida del hiperconsumismo en la actualidad:

1. "Priorizar una alimentación sana y saludable para los pueblos ejerciendo nuestra soberanía alimentaria".

     Es importante la soberanía alimentaria para obtener alimentos sanos provenientes de una tierra sana, con semillas libres y originarias, con abonos orgánicos, con policultivos, rotando la siembra, respetando a la chakra, practicando las enseñanzas ancestrales de la tecnología agrícola, incluyendo la forma organizacional, principios, normas y códigos de la Chakana. 

2. "Empoderar los niños, niñas, jóvenes, mujeres y población en general, mediante la implementación de la educación ambiental, biodiversidad y agroecología en la educación formal y alternativa".

     Hay que desarrollar la ecoalfabetización de niños y jóvenes, y el empoderamiento de las mujeres desde el ecofeminismo, constituidas éstas en buenas alternativas para emprender en la salud de la tierra, y en la salud de los ecosistemas.

3.  "Recuperar la cultura y la soberanía alimentaria basada en los alimentos ancestrales, sobre la base de nuestra diversidad ecológica, con la participación de los pueblos y políticas del Estado, desarrollando formas alternativas de alimentación y nutrición al modelo capitalista depredador agroalimentario y agroindustrial".

     Los alimentos ancestrales de los pueblos originarios, constituyen una alternativa al cambio climático por sus implicaciones de respeto a la tierra, la práctica de policultivos, y la rotación en la siembra. Quizá estas tecnologías ancestrales de cultivo, no han sido tomadas en cuenta a nivel global por los países desarrollados, porque el mega agronegocio prefiere mantener el monopolio de producción, distribución y consumo de alimentos.

4. "Exigir la creación de mecanismos de protección de la biodiversidad y restauración de los ecosistemas frente a una ofensiva corporativa y multinacional que busca apropiarse, manipular y modificar el patrimonio común para su mercantilización".

      Restaurar los ecosistemas es una deuda ecológica pendiente de las grandes transnacionales agroalimentarias, sin embargo continúa los embates y avasallamientos de las transnacionales a las semillas originarias del maíz en México, y de soja en Brasil, Argentina y Bolivia con las consecuencias sociales del monocultivo.

5. "Reconocer e impulsar formas ancestrales de producción de alimentos, como parte de una estrategia integral hacia el Vivir Bien/Buen Vivir".

      El Suma Qamaña está presente en la constitución de Bolivia, es una estrategia que plantea la alimentación sana y saludable.

       “El artículo 8 de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, asume y promueve como principio ético moral de la sociedad plural Suma Qamaña, Ñandereko, Teko Kavi, Ivi Maraei y Qhapaj Ñan. El Vivir Bien significa, Vivir Bien con uno mismo, con los demás y en armonía con la Madre Tierra, garantizando el acceso y disfrute de los bienes materiales y de la realización efectiva, subjetiva, intelectual y espiritual de las personas y colectividades, en armonía con la naturaleza y en comunidad entre los seres humanos”.

      Así mismo el Sumak Kawsay está presente en la constitución de Ecuador con el propósito de garantizar la salud, un ambiente sano y una alimentación saludable.

       Art. 32.- La salud es un derecho que garantiza el Estado, cuya realización se vincula al ejercicio de otros derechos, entre ellos el derecho al agua, la alimentación, la educación, la cultura física, el trabajo, la seguridad social, los ambientes sanos y otros que sustentan el buen vivir.

 6. "Fortalecer y promover los valores socio-comunitarios, de reciprocidad, solidaridad y complementariedad de los pueblos para el acceso y uso de los bienes comunes de su espacio vital; respetando y construyendo la coexistencia de visiones distintas de vida".

     En las dos formas de alimentación comunitaria, Pampamesa de los quichuas de Ecuador, y en el Apthapi de los aimaras de Perú y Bolivia, se sienten: reciprocidad, solidaridad y complementariedad en sus espacios comunitarios de coexistencia.

7. "Fortalecer la preservación y recuperación de las plantas medicinales ancestrales y de flora nativos".

      Es importante recuperar la etnobotánica de los lugares de los pueblos originarios por medio de la botánica y la antropología, como punto importante del patrimonio cultural y de la soberanía alimentaria.

8. "Exigir la regeneración de la tierra y el acceso a la misma, garantizando la propiedad de los pueblos del germoplasma nativo y la seguridad alimentaria con soberanía, a fin de mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos a través de un acceso digno a alimentos suficientes y nutritivos que se encuentren en correspondencia con nuestra diversidad cultural y acorde a una producción agraria sana y sustentable".

      Para garantizar la soberanía alimentaria y la producción de alimentos sanos y saludables es necesario comenzar recuperando el acceso a la tierra, eso romperá el monopolio de grandes trasnacionales que adquieren tierras para aplicar una política agraria de monocultivo, con ello desaparecen los lugares comunitarios, el libre acceso a las fuentes de agua, y hasta los lugares considerados sagrados desde hace tiempos milenarios lo que conlleva a la pérdida de valores comunitarios practicados en la siembra y en la cosecha, así se va debilitando la memoria histórica y la identidad cultural.

Procesos microbianos y alimentación ancestral

Olla de barro en la tullpa, Saraguro, Loja, comunidad de Langa


      Los alimentos cumplen un papel muy importante para mantener la salud y el microbioma, en el caso de los pueblos quichuas: Cañari y Saraguro del sur del Ecuador, hay dos ejemplos significativos que visualizan el rol de las bacterias.

     El agricultor Rafael Alulema señala que “la chicha de jora, es una bebida que no puede faltar en la cultura alimentaria del pueblo Cañari, está presente en los tiempos de siembra y cosecha, y en fechas especiales como matrimonios, bautizos, celebraciones, pero también está en la vida cotidiana, como alimento”. Cuando se ingiere mucha comida, la chicha de jora tomada de forma moderada, regula la digestión, así las bacterias trabajan positivamente en el microbioma del aparato digestivo.

      Lo mismo sucede con la chicha de las mujeres, o chicha de hongos, del pueblo Saraguro, cuando es ingerida con frecuencia, las bacterias regulan el microbioma del aparato digestivo. Luisa Gualán Jambiruna saragureña asegura que “esta chicha es sembrada, cosechada y obsequiada por mujeres entre sus parientes y amigos”, formando una cadena de salud ancestral que sin duda aplica la sabiduría milenaria utilizando las bacterias como microorganismos de regulación del ecosistema (I).
               

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