ALIMENTOS SAGRADOS
QUE SANAN
Investigación y
fotografías: Patricio Matute-García
Lcdo. Gestión para el Desarrollo socio-culturalReAct Latinoamérica
Lcdo. Gestión para el Desarrollo socio-culturalReAct Latinoamérica
Maíz en tiesto de barro, complejo
arqueológico de Cojitambo, Cañar
Alimentos Sagrados Que
Sanan es un proyecto realizado durante el año 2017, bajo el aval académico de
ReAct Latinoamérica (Acción Frente a la Resistencia Bacteriana), y el Instituto
de Salud Socio-Ambiental de la Universidad de Rosario-Argentina. La
investigación de carácter cualitativo, utilizó las técnicas de grupos focales, e
investigación de campo a través de fotografía, video y audio con los
agricultores y Mamas de las comunidades de Quilloac y Suscal-Cañar, Wawa
Tarqui-Azuay, y Langa-Saraguro. Los ejes de este trabajo giraron en torno a
antropología, seguridad y soberanía alimentarias. El objetivo de la exploración
fue demostrar que una alimentación sana, nutritiva, equilibrada, constituye una
forma revolucionaria desde las epistemologías del sur para reafirmar una
economía de subsistencia frente a una economía mercantilista.
Quisiéremos compartir con ustedes esta
transdisciplinariedad desde la enseñanza-aprendizaje, desde la
investigación-acción, desde la suma de saberes hasta la participación de la
academia junto a la comunidad, lo haremos en varias entregas a través de este
proyecto.
Alimentos de la
resistencia transdisciplinaria
Volver a los orígenes es lo más
revolucionario en el siglo del consumismo exacerbado. Cuando sembramos nuestros
alimentos, estamos generando acciones de resistencia a la agroindustria, monopolio
de semillas transgénicas y agrotóxicos, industria de los antibióticos y hormonas
para criar animales, industria de la comida chatarra, y la publicidad
alienante. Y cuando estas acciones atañen a todos los que originamos y comemos
alimentos sanos, entonces se convierten en gestiones de resistencia
transdisciplinaria.
Una alternativa, la alimentación de los pueblos originarios y sus
implicaciones
Ante los cambios en la alimentación de la
modernidad y la posmodernidad, los pueblos originarios ponen su cuota de
sabiduría con sus formas de vida integrales, por el respeto a la tierra que brinda
sus frutos, por sus tecnologías ancestrales agrícolas, por sus formas de medir
los tiempos de siembra, aporque, cosecha, por las formas de intercambio y
trueque que ponen énfasis en la alimentación sana y saludable, y por sus
sabidurías originarias como el Sumak Allin Kawsay , de los quichuas y quechuas,
el Plan de Vida de los mayas , o el Suma Qamaña
de los aimaras, para citar algunos ejemplos.
Mama mayor sembrando maíz con una tola en
Langa, Saraguro
Los pueblos originarios reunidos en la
Conferencia Mundial de los Pueblos Sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida
en Cochabamaba-Bolivia en el año 2015, han consensuado algunos puntos
concernientes a la alimentación sana y saludable, que pueden ser una
alternativa a la forma de vida del hiperconsumismo en la actualidad:
1. "Priorizar una
alimentación sana y saludable para los pueblos ejerciendo nuestra soberanía
alimentaria".
Es importante la soberanía alimentaria
para obtener alimentos sanos provenientes de una tierra sana, con semillas
libres y originarias, con abonos orgánicos, con policultivos, rotando la
siembra, respetando a la chakra, practicando las enseñanzas ancestrales de la
tecnología agrícola, incluyendo la forma organizacional, principios, normas y códigos
de la Chakana.
2. "Empoderar los niños,
niñas, jóvenes, mujeres y población en general, mediante la implementación de
la educación ambiental, biodiversidad y agroecología en la educación formal y
alternativa".
Hay que desarrollar la ecoalfabetización
de niños y jóvenes, y el empoderamiento de las mujeres desde el ecofeminismo,
constituidas éstas en buenas alternativas para emprender en la salud de la
tierra, y en la salud de los ecosistemas.
3. "Recuperar la cultura y la soberanía
alimentaria basada en los alimentos ancestrales, sobre la base de nuestra
diversidad ecológica, con la participación de los pueblos y políticas del
Estado, desarrollando formas alternativas de alimentación y nutrición al modelo
capitalista depredador agroalimentario y agroindustrial".
Los alimentos ancestrales de los pueblos
originarios, constituyen una alternativa al cambio climático por sus
implicaciones de respeto a la tierra, la práctica de policultivos, y la
rotación en la siembra. Quizá estas tecnologías ancestrales de cultivo, no han
sido tomadas en cuenta a nivel global por los países desarrollados, porque el
mega agronegocio prefiere mantener el monopolio de producción, distribución y
consumo de alimentos.
4. "Exigir la creación de
mecanismos de protección de la biodiversidad y restauración de los ecosistemas
frente a una ofensiva corporativa y multinacional que busca apropiarse,
manipular y modificar el patrimonio común para su mercantilización".
Restaurar los ecosistemas es una deuda
ecológica pendiente de las grandes transnacionales agroalimentarias, sin
embargo continúa los embates y avasallamientos de las transnacionales a las
semillas originarias del maíz en México, y de soja en Brasil, Argentina y
Bolivia con las consecuencias sociales del monocultivo.
5. "Reconocer e impulsar
formas ancestrales de producción de alimentos, como parte de una estrategia
integral hacia el Vivir Bien/Buen Vivir".
El Suma Qamaña está presente en la
constitución de Bolivia, es una estrategia que plantea la alimentación sana y
saludable.
“El artículo 8 de la Constitución
Política del Estado Plurinacional de Bolivia, asume y promueve como principio
ético moral de la sociedad plural Suma Qamaña, Ñandereko, Teko Kavi, Ivi Maraei
y Qhapaj Ñan. El Vivir Bien significa, Vivir Bien con uno mismo, con los demás
y en armonía con la Madre Tierra, garantizando el acceso y disfrute de los
bienes materiales y de la realización efectiva, subjetiva, intelectual y
espiritual de las personas y colectividades, en armonía con la naturaleza y en
comunidad entre los seres humanos”.
Así mismo el Sumak Kawsay está presente
en la constitución de Ecuador con el propósito de garantizar la salud, un
ambiente sano y una alimentación saludable.
Art. 32.- La salud es un derecho que
garantiza el Estado, cuya realización se vincula al ejercicio de otros derechos,
entre ellos el derecho al agua, la alimentación, la educación, la cultura
física, el trabajo, la seguridad social, los ambientes sanos y otros que
sustentan el buen vivir.
6. "Fortalecer y promover los valores
socio-comunitarios, de reciprocidad, solidaridad y complementariedad de los
pueblos para el acceso y uso de los bienes comunes de su espacio vital;
respetando y construyendo la coexistencia de visiones distintas de vida".
En las dos formas de alimentación
comunitaria, Pampamesa de los quichuas de Ecuador, y en el Apthapi de los
aimaras de Perú y Bolivia, se sienten: reciprocidad, solidaridad y
complementariedad en sus espacios comunitarios de coexistencia.
7. "Fortalecer la
preservación y recuperación de las plantas medicinales ancestrales y de flora
nativos".
Es importante recuperar la etnobotánica
de los lugares de los pueblos originarios por medio de la botánica y la
antropología, como punto importante del patrimonio cultural y de la soberanía alimentaria.
8. "Exigir la regeneración de
la tierra y el acceso a la misma, garantizando la propiedad de los pueblos del
germoplasma nativo y la seguridad alimentaria con soberanía, a fin de mejorar
la calidad de vida de nuestros pueblos a través de un acceso digno a alimentos
suficientes y nutritivos que se encuentren en correspondencia con nuestra
diversidad cultural y acorde a una producción agraria sana y sustentable".
Para garantizar la soberanía alimentaria
y la producción de alimentos sanos y saludables es necesario comenzar recuperando
el acceso a la tierra, eso romperá el monopolio de grandes trasnacionales que
adquieren tierras para aplicar una política agraria de monocultivo, con ello
desaparecen los lugares comunitarios, el libre acceso a las fuentes de agua, y
hasta los lugares considerados sagrados desde hace tiempos milenarios lo que
conlleva a la pérdida de valores comunitarios practicados en la siembra y en la
cosecha, así se va debilitando la memoria histórica y la identidad cultural.
Procesos microbianos y alimentación ancestral
Olla de barro en la tullpa, Saraguro, Loja,
comunidad de Langa
Los alimentos cumplen un papel muy
importante para mantener la salud y el microbioma, en el caso de los pueblos
quichuas: Cañari y Saraguro del sur del Ecuador, hay dos ejemplos
significativos que visualizan el rol de las bacterias.
El agricultor Rafael Alulema señala que “la
chicha de jora, es una bebida que no puede faltar en la cultura alimentaria del
pueblo Cañari, está presente en los tiempos de siembra y cosecha, y en fechas
especiales como matrimonios, bautizos, celebraciones, pero también está en la
vida cotidiana, como alimento”. Cuando se ingiere mucha comida, la chicha de
jora tomada de forma moderada, regula la digestión, así las bacterias trabajan
positivamente en el microbioma del aparato digestivo.
Lo mismo sucede con la chicha de las
mujeres, o chicha de hongos, del pueblo Saraguro, cuando es ingerida con
frecuencia, las bacterias regulan el microbioma del aparato digestivo. Luisa
Gualán Jambiruna saragureña asegura que “esta chicha es sembrada, cosechada y
obsequiada por mujeres entre sus parientes y amigos”, formando una cadena de
salud ancestral que sin duda aplica la sabiduría milenaria utilizando las
bacterias como microorganismos de regulación del ecosistema (I).
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