martes, 5 de septiembre de 2017

SARAGUROS Y SU DEIDAD DE LA ALIMENTACION



                                                       Video: Supalata deidad Saragura


      La Comunicación Antropológica, difiere mucho del show, el mainstream, y las tendencias de la industria cultural (redes sociales, televisión satelital, medios masivos de comunicación, cine), esta materia ha sido utilizada por mucho tiempo en los centros académicos superiores para estudiar los comportamientos de los grupos sociales, pero en estos últimos años,-con la democratización educativa y el acceso a las Tecnologías de la Educación y la Comunicación-, ha sido tomada por la Educación Popular, por los Pueblos Originarios, por las Culturas urbanas. y por las Minorías sociales, para expresarse libremente, con la intención de difundir sus cosmovisiones. Para esta investigación, agradecemos a Anita Guayllas, Jambiruna y Artesana; Elena Macas, Agricultora y Artesana; y al profesor e investigador cultural Ricardo Tene, gran músico andino que ha mostrado las expresiones culturales latinoamericanas por Europa, todos ellos integrantes del pueblo quichua Saraguro del sur del Ecuador.

Saraguros y su deidad de la alimentación
      La alimentación es un pilar fundamental entre los pueblos originarios, porque en su entorno giran saberes, tecnologías agrícolas, cuidado de chakra y huerta, formas de cocción, cosmovisiones, formas societarias de nacimiento, crianza, vida y muerte. Un punto destacado es el equilibrio nutricional de la dieta de los pueblos originarios desde una economía de la suficiencia, sin glotonería, pero si con la suficiencia para en ciertas épocas comer opíparamente para festejar, y luego desintoxicarse. La antropología médica, -de cierta forma-, corrobora que entre los pueblos originarios no había sobrepeso, ni anemia, ni las 'enfermedades del mercantilismo' que se acentúan en este siglo. Comer granos tiernos, cereales, comer frutas, tomar agua de plantas medicinales, trabajar mucho en la agricultura y ganadería, caminar grandes distancias, no utilizar en demasía tecnologías de comunicación, apelar a la espiritualidad, admirarse de la naturaleza y sus bondades estéticas, defender la tierra y el territorio, parecen ser las formas de vida comunal que necesitaría el mundo hoy, y que la ejercen los pueblos a través de sus sabidurías como: Sumak Allin Kawsay, Suma Qamaña, Plan de Vida Maya, o el Ubuntu de Sudáfrica. 



Anita Guayllas, jambiruna, asegura que alimentarse bien entre los Saraguros, garantiza la vida y la cultura de su pueblo. El maíz es el cereal fundamental, también los granos tiernos: habas, porotos, arvejas, y los tubérculos como papa y mashua. Con maíz se hacen tamales, walus, y una sopa riquísima denominada chugchuga. 



Mama Elena Macas, agricultora, piensa que mama Supalata es un homenaje a la diosa de la abundancia de la chakra y la huerta. La Supalata es un hombre revestido de Saragura con anaco micllado, y con rebozo en forma de wavi, que va bailando y saltando en la Fiesta de la Supalata, el Viernes Santo antes del Domingo de Ramos, durante la época del Pawcar Raymi, o Fiesta del Florecimiento, que en Saraguro también lo llaman 'Epoca de granos tiernos'.
 



El músico e investigador cultural Ricardo Tene ha sido varias veces Supalata, Capitán o Chirillo, los personajes revestidos en esta fiesta, salimos a pedir tamales al grito de: Supalata, Supalata!, tocamos música de chaspishcas, bailamos, festejamos, luego los dueños de la casa nos dan colada de sambo o colada de zapallo, al salir dejamos unas semillas de maíz para que siembren y tengan buenos augurios en sus próximas cosechas, si no nos toman en cuenta, echamos zhiran en la tierra para que inunde la chakra, así tendrán malos augurios, y malas cosechas. Para ir a otra casa, gritamos: Cuatro, Cuatro, Cuatro! Y así vamos de lugar en lugar hasta que amanezca, para luego repartirnos los tamales, manifiesta Tene. 

      Los estudios de antropología alimentaria, nutrición de los pueblos originarios, etnobotánica, y medicina antropológica no han tenido mucho auge en la sociedad actual, o han dejado de practicarse para dar paso al exceso de tecnología. Quizá entre estas disciplinas está oculto algún procedimiento para neohumanizarlas, con el pretexto de retomar Semiosis, Clinica, Nutrición, como formas para sanar, prevenir, y desechar las enfermedades de este siglo XXI, cargadas de somatismo.

Texto e imágenes:
Patricio Matute García

Investigador socio-cultural

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